Este pabellón cultural se despliega a través de una poderosa declaración formal que combina la naturaleza, la tecnología y el espacio. El edificio curvo The architecture of the River Culture Pavilion (ARC) se encuentra en una península que se adentra en el río y que está rodeada de un entorno natural imponente. El proyecto aparece como un fuerte foco en contraste con un impresionante paisaje natural.
Las fachadas están revestidas de "almohadas" ETFE, que a través de un juego de transparencia y geometría generan un efecto efímero. Esta calidad atmosférica del recinto se ve reforzada por los reflejos de luz producidos por un espejo de agua de poca profundidad que rodea su base.
Mientras la parte visible del edificio se sienta sobre un paisaje formado artificialmente, la sala de exposiciones subterránea y oculta es el espacio de acceso para los visitantes.
El revestimiento exterior de la estructura captura y se mimetiza con la calidad de la luz cambiante del cielo, mientras que el interior oscuro y hermético contiene un entorno multimedia iluminado sólo por las proyecciones abstractas y re-conceptualizadas del espacio circundante.
La arquitectura permite que la experiencia del visitante sea un juego alternado entre una experiencia "real" del agua, el cielo y el paisaje que rodea el edificio, y una experiencia virtual que se presenta a través de las imágenes multimedia.
Esta experiencia culmina en el techo, donde un gran espejo de agua refleja el cielo, y una terraza de observación permite al visitante mirar los alrededores naturales desde otra perspectiva.
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