Como todos los colores el rojo tiene algunos efectos que pueden influir en nuestro estado de ánimo, muchas con las cualidades que se le atribuyen como amor, pasión, rabia, energía, estimulo, velocidad, impulsividad, sensualidad, entre otros. Acá te damos una guía de cómo utilizarlo de manera correcta para decorar nuestros espacios.
En muchas culturas el color rojo es símbolo de felicidad, como en China y en países más fríos simboliza optimismo y alegría. Se ha comprobado que es el primer color que los bebes distingue entre todos los demás.
El color rojo promueve el movimiento y la actividad por esta razón puede usarse en espacios como pasillos, zonas de transición, salas de juego o comedores.
Si te gusta el color, pero no quieres saturar el espacio, puedes optar por utilizar accesorios como cortinas, alfombras o cojines, y si te atreves un poco más prueba con muebles, sofás, mesas, los cuales provocarán el efecto deseado sin necesidad de hacer grandes cambios.
El grupo de colores cálidos al cual pertenece el rojo, estimulan el apetito, además de agudizar nuestros sentidos, por esta razón podemos emplearlo en nuestras cocinas y comedores, resultando muy elegante y eficaz.
Como dice el dicho “de lo bueno poco”, lo mismo pasa con el color rojo, no debemos sobrecargar una habitación porque podemos tener como resultado una sobre estimulación que muchas veces no buscamos
Según el horóscopo el rojo es el color que simboliza al signo de Leo. El rojo es pura vida y como tal evoca momentos buenos y momentos no tan buenos. Podemos jugar con diferentes tonalidades de rojo, desde el intenso bermellón o carmesí hasta el rojo ladrillo, y combinarlos con otros elementos en la gama de los colores blanco, grises o cremas.
Al ser un color fuerte debemos tomar en cuenta una buena iluminación en el ambiente y si es de una fuente natural mucho mejor. Y si quieres probar primero cómo queda el rojo en tu casa, prueba en una habitación con paredes blancas y coloca un sofá, una alfombra o un cuadro. El resultado te encantará.
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